Cambio modal masivo hacia el ferrocarril: ¿cuáles son los retos para el clima?
Frente a la emergencia climática, el reto del cambio modal hacia modos de transporte más respetuosos con el medioambiente, como el ferrocarril, es más esencial que nunca.
Por cambio modal se entiende el cambio de un modo de transporte a otro. En la actualidad, el sector del transporte (de personas y mercancías por carretera, aire y mar) es el mayor emisor de gases de efecto invernadero. El sector es también uno de los principales emisores de contaminantes atmosféricos que degradan la calidad del aire.
En 2021, casi un tercio (31%) del total de las emisiones de gases de efecto invernadero de Francia procedían del transporte. El transporte por carretera (vehículos privados, comerciales, camiones y vehículos de dos ruedas) es responsable de casi la totalidad (94%) de estas emisiones, que contribuyen al calentamiento global. La GPSO hace que el tren sea una alternativa al coche y al avión. Afecta tanto al transporte de pasajeros como al de mercancías.
Aumentar la capacidad del transporte ferroviario de mercancías
En la fachada atlántica, más del 97% de las mercancías se transportan por carretera, lo que provoca molestias, congestión del tráfico y contaminación en los ejes Burdeos-España y al norte de Burdeos. La contaminación derivada de estos ejes de carretera es especialmente visible en el mapa de los municipios de Nueva Aquitania sensibles a la calidad del aire (véase el enlace al mapa).
Al liberar franjas (zonas en las que los trenes pueden circular) en las líneas existentes, la nueva línea aumentará la capacidad de transporte de mercancías.
Actualmente circulan entre 10 y 18 trenes de mercancías al día, operados por todo tipo de compañías ferroviarias: eso supone menos del 10% de los 10.000 camiones diarios que circulan por el eje atlántico. El proyecto LAV aumentará la capacidad de transporte de mercancías por ferrocarril de 80 a 85 trenes diarios.
Captar a los pasajeros de las líneas aéreas
Según las fuentes (por ejemplo Ademe o Ministerio francés de Transportes), los trenes emiten entre 50 y 70 veces menos CO₂ que los aviones.
El ejemplo de la línea de alta velocidad París-Marsella ha demostrado que 3 horas corresponden a la duración del trayecto en TAV, lo que permite transferir al tren entre el 60 y el 70% del tráfico aéreo.
Al competir con el puente aéreo París-Toulouse, la línea más transitada de Europa, la línea de alta velocidad ofrece una alternativa al transporte aéreo uniendo Toulouse y París en un tiempo récord de 3 h 10 min.
De este modo, la línea de alta velocidad Toulouse-Burdeos-Dax contribuirá a evitar 4,3 millones de desplazamientos en coche y 1 millón de viajes en avión al año. A la larga, el proyecto permitirá evitar 7,7 millones de desplazamientos en coche y 2 millones de viajes en avión al año.