Mucha gente ha disfrutado con este excelente mapa, que muestra las calzadas romanas al estilo de un plano de metro.
Es una oportunidad perfecta para evocar la historia del comercio y la movilidad en el Suroeste a lo largo de los siglos: como puede ver, la geografía ha hecho del Suroeste de Francia la encrucijada del Suroeste de Europa. Es el vínculo entre la Península Ibérica y el Norte de Europa en la fachada atlántica, así como entre el Atlántico y el Mediterráneo.
Estos enlaces son históricos, y uno de los ejemplos más espectaculares es el Canal du Midi, una excepcional infraestructura de transporte del siglo XVII, declarada Patrimonio de la Humanidad, y ampliada por el Canal Latéral à la Garonne en el siglo XIX.
Este antiguo enlace entre los dos mares es uno de tantos: el propio Garona, calzadas de todas las épocas -romanas (bienvenido el descubrimiento en 2024 de calzadas romanas en las Landas, una que une Burdeos con el Adour y una segunda que une Bazas con el Adour, a ambos lados del Mont-de-Marsan), visigodas, colbertianas, napoleónicas o incluso pompidolianas para los coches...-, una línea de ferrocarril de 1856, autopistas del siglo XX.
La intención para los siglos XXI y XXII es modernizar estos haces de movilidad y enlaces de intercambio mediante la Nueva Línea Sur-Oeste, que duplicará con creces la capacidad de movilidad con bajas emisiones de carbono, tanto para los desplazamientos de larga distancia en Europa y Francia como para los desplazamientos cotidianos dentro de Nueva Aquitania y Occitania.
La Nueva Línea Sur-Oeste perpetúa una historia milenaria, la vía Aquitania (Burdeos-Toulouse-Méditerranée) y la vía Asturica Burdigala (Burdeos-Dax-España), durante al menos los dos próximos siglos.
